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Archive for March, 2012

Buenos días, amigos!

Muchas personas me han preguntado con insistencia sobre mi próximo proyecto. Después de Soledad Narcótica he estado un poco alejada de todo y de todos, pero escribir y publicar un libro es como parir un hijo: uno necesita tiempo para reponerse. Después de eso, este blog se convirtió en “Revisblog” y ha sido casa de grandes talentos. 

Pero bueno, vuelvo al asunto: lo que he estado haciendo. Les cuento que estoy terminando mi Maestría en Literatura para Educación Secundaria y trabajo en un nuevo libro. Espero que el libro esté en las estanterías para finales del año que viene. Se preguntarán el por qué de tanta espera, y les respondo que este proyecto es uno titánico muy diferente al libro anterior en todo el sentido de la palabra. Para los más curiosos, me atrevo a dejarles parte de un borrón del primer capítulo del libro. Espero lo disfruten y me den su sincera opinión.

“Querida Amanda,

     Nunca supe si realmente me quiso. Siempre existió esa ligera sospecha de que detrás de su frialdad y su aparente falta de cariño, se escondía el hombre más dulce del mundo que me amaba con la misma intensidad que yo a él, pero muy a su modo.  Las cosas con el siempre tenían un velo de duda que envuelve como una telaraña a cualquier mujer cuerda y dispuesta a enamorarse.  El lo sabía. Creo que ése era parte del problema.

     Cuando lo conocí, la vida iba mal, como casi siempre. Y bueno, él vino a representar esa parte de mi vida que faltaba. La tecnología ayudó bastante. Vivíamos prácticamente el uno para el otro, una pasión que nació de una necesidad inmesurable de afecto que nos arropaba a ambos a diferentes niveles del cuerpo. A mi me cubría hasta la barbilla, a él hasta las ingles (nada nunca parece arroparlo más de ahí), pero necesidad al fin, encontramos el uno en el otro y abrazamos la posibilidad de un romance que quemase la pasión de ambos hasta hacernos carbón nosotros mismos. Creo que fue para estas épocas que le escribí lo que sigue:

 
Puse un pie fuera del manto
y el frio recibió la planta de mi pie con dulzura.
A            H            O            R            A
tiembla mi amor,
al que no le basta ya con  A – bRa – zOS cortados en bits,
ni besos orquestrados por Tesla
que se pixelan al contacto de los dedos.
En
            tien
                        do
el estremecimiento de mi piel,
la espontaneidad de la c                                                                            a de mis labios
                                                 u                                                                r
                                                         r                                              u
                                                                  v                         t
                                                                               a  
cuando tus palabras,
esos pequeñoimpulsoseléctricosqueviajanamilesdekilómetrosporsegundo,
alcanzan mis ojos que las devoran impacientes
nutriéndose de esa substancia inerte que es tu amor.
Hace frio. S I E M P R E hace en estas
               f         e  c
                h     a       s
Mi pie se retrae instintivamente buscando el calor del manto.
Mi c
        a
          b
            e
              z
                 a se hunde en el deseo de tu espalda desnuda y tibia
mientras el vapor despierta en geisers metálicos
y el teléfono guarda silencio.
 

     Esperaba por él cada mañana, Amanda. Cada segundo de mi día era suyo, y creo que ese fue mi error. ¡Mi corazón comenzó a correr hacia él con una vertiginosidad que espanta! El suyo se mantuvo en su sitio, recibiendo todo el amor que estuve dispuesta a darle, y a cambio de todo esto me obsequiaba pequeñas dosis de cariño, pasión y deseo que calmaban momentáneamente mi sed de amor.

     Siempre me has preguntado qué pasó, y es por esto que te escribo hoy, dentro de la pequeña lucidez que aún me queda, para que sepas cómo pasó todo realmente, desde aquel verano que se ha extendido por más de tres años, y del cuál no he podido aún reponerme del todo. “

(Creo que se pierde un poco la estructura en la parte de “la curvatura de mis labios” por el formato de aquí, pero igual se entiende bastante)

Un abrazo a todos!! Espero sus comentarios!

Sarah Valerio

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     Hace tiempo que las películas de Hollywood perdieron su encanto para mi. Las explosiones,la ya muy aburrida tendencia de hacer malos remakes de películas buenas, las exageraciones extremas de historias y sub-historias sin sentido  y los actores que consiguen papeles simplemente porque son físicamente agraciados de algún modo, cosa que no implica actuar bien, me hacen pensarlo dos veces antes de aventurarme a ver una película que haya parido la “fábrica de sueños.” Es por esto que he volcado mi atención a la cinematografía Asiática, Europea y Latina. Es esta última, sin embargo, la que ocupa el tema de el presente post.

     Hoy tuve la oportunidad de ver dos películas Latinas excelentes en todo el sentido de la palabra. Las dos tratan el tema de la migración ilegal hacia los Estados Unidos, país donde actualmente resido. Creo que ambas me tocaron porque, apesar de que no experimenté en carne propia la ilegalidad en este país, sí tengo personas cercanas a mi que han vivido la situación y, de no haber tenido a esas personas con sus historias personales para ilustrarme en el tema, sólo hay que salir a la calle para encontrarse con la situación cara a cara. Además, las situaciones que viven un residente ilegal y uno legal en este país no son tan distinta.

    Image  Comenzaré comentando las películas en el orden en que las vi. La primera fue “Paraiso Travel,” (2008) del Director Simon Brand. Actúan en ella Angelica Blandon, Pedro Capo, Aldemar Correa y John Leguizamo. Esta relata la historia de un joven Colombiano y su novia, que deciden venir de modo ilegal a los Estados Unidos por insistencia de la chica. Al llegar al país, ella insiste en que vayan a Nueva York, y ya allí el joven, Marlon, se separa de su novia, Reyna, huyendo de la policía y se pierden el uno del otro. El empieza a buscarla con desesperación sólo para encontrarla al final, hecha una prostituta, mientras se da cuenta de que ella sólo lo utilizó y que nunca lo amó. Las vicisitudes que Marlon sufre durante su búsqueda, son la riqueza de este drama.

     Marlon consigue trabajo, gracias a la bondad de una compatriota, en un restaurante de comida Colombiana, pasa frio, hambre, se ve sin hogar, sin dinero, sus propios coterráneos intentan complicar su desarrollo económico, lo persigue la policía por vivir en un edificio abandonado, sirve de modelo para un catálogo de artículos de sadomasoquismo… en fin! Si usted se lo imagina, Marlon lo vivió.

     Algo que me llamó la atención sobremanera, es el hecho de que, obligado a vivir en un edificio abandonado con otros indigentes, Marlon comenta con tristeza: “Yo en Colombia era rico!” Y es verdad. Marlon era de familia adinerada y no le permitían siquiera trabajar para que se enfocara en sus estudios universitarios. Esto me hace pensar en la situación actual de muchos imigrantes, tanto legales como ilegales, que dan por sentado que el “sueño Americano” vive, y que en su propio país nunca podrían avanzar. Cuántos de nosotros no emigramos a otra parte del mundo buscando una ilusoria “mejoría,” dejando familiares, amigos y buenos trabajos, sólo para encontrarnos solos, con trabajos muy por debajo de nuestras capacidades y sin en una situación económica peor que la que dejamos? Cuántos hemos sido destruídos por el Sueño Americano? Cuántos más seguiremos en fila buscando lo que tan debajo de nuestras narices tenemos?

   Image  La película que vi luego, por mera sugerencia de la primera, fue “English as a Second Language” o, en su forma corta “ESL” (2005). En este hermoso drama del Director Youssef Delara, actúan en ella Kuno Becker, Danielle Camastra, María Conchita Alonzo y John Michael Higgins. Este relata las experiencias de Bolívar De la Cruz, quien deja a su esposa embarazada en su natal México, para buscar suerte en Estados Unidos como mano de obra ilegal. En su camino encuentra a una joven parrandera, Lola Sara (interesante apellido) con la que aprende que hay cosas más importantes que el dinero. Entre los dos nace una interesante amistad adornada con una fuerte atracción sexual, pero el romance no es el tema central de este film.

     Bolívar comienza a trabajar en un night club como bailarín exótico, y es abusado y denigrado por su jefe, quien le obliga a hacer bailes privados tanto para hombres como para mujeres, pagándole por ello una miseria. Sin embargo, a Bolívar le parece una gran cantidad de dinero. Movido por la verguenza que le ocasiona su trabajo, le miente a su esposa en México sobre el mismo y, aunque el le envía casi todo su dinero, este constante mentir comienza a mermar la relación entre ambos.

     Por otro lado, Lola es una parrandera incansable, con innumerables vacíos existenciales, sin conexión alguna con su madre, a la que ve más bien como una enemiga y miedo a decepcionar a sus padres que esperan que ella se convierta en abogada. Su vida es todo esto, hasta que queda embarazada de un desconocido y decide hacerse un aborto. Como castigo comunitario por un accidente de tránsito que tuvo al conducir borracha comienza a dar clases de ESL (Inglés como Segunda Lengua por su acrónimo en inglés) y es ahí donde conoce a Bolívar.

     Al final de la película, cuando Bolívar decide regresarse a su país, ella le pregunta: “Extrañarás Los Angeles?” y el responde: “No.” Para mi, este corto diálogo resume toda la trama. A qué precio logra Bolívar enviarle esos dólares a su familia? Qué cosas son realmente importante? Qué es extrañar? Cuáles cosas son las que se extrañan?

     En fin! Les recomiendo que vean las películas. Los que hemos vivido realidades similares, nos sentiremos profundamente empáticos. Los que planean vivirlas, comprenderán un poco más a lo que se enfrentan. Mi consejo sería que todo el que pueda viajar legalmente, que lo haga. No hay experiencia que sustituya el conocimiento puede gestar un viaje al exterior del país propio. Sin embargo, no olvidemos nunca la hermosa frase que concluye al Mago de Oz en la hermosa voz de Dorothy: “No hay lugar como el hogar!”

Sarah Valerio

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