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Archive for March, 2016

Hace días que quiero escribir, pero creo que es tanto lo que tengo para decir, que no se como hacerlo. Esto es algo que me pasa a veces, no muy seguido. Pero cuando pasa, me siento como ahogada. Mis pensamientos resultan ser, muchas veces, pesados, densos, y no poder exteriorizarlos provoca en mi un asfixiante sentimiendo de opresion que no es para nada agradable. Es por eso que este post, que para muchos puede no tener ningun sentido, para mi es un necesario desahogo. Este post sera tan denso como mis pensamientos.

Hay personas estacionarias en tu vida. Gente que siempre, aunque no queramos, forman parte de nuestras vida. A esas personas se les llama “familia” (ya sea cosanguínea, o no). Sin embargo, también hay personas transitorias en nuestras vidas. Pienso en ellos como en seres con propósitos específicos. Cada persona que conoces, cada uno de esos que de una u otra manera se cruza en tu camino, cumple una determinada función en tu vida, y estan condenados a desaparecer de ella eventualmente. Andan de tránsito. No quiero con esto que se malentienda este concepto (muy mio, vuelvo y repito) con el concepto de “persona desechable”. Este último establece, más o menos, que las personas pueden ser usadas y luego desechadas. No estoy de acuerdo con esto: las personas no son objetos; tienen sentimientos. Ahora bien, sí creo que cada persona tiene un papel en tu vida que, cuando se agota, es el mismo que los obliga a marcharse de tu lado.

Porque puede confundirse una cosa con la otra, quisiera explicarme, a fin de no parecer una mujer fría e impersonal, y también para facilitar la compresión del lector. Para esto, voy a usar un ejemplo. Conozco a alguien. Le llamaremos “José”. José es muy importante en mi historia personal. Ha sido muy importante. Fue muy importante. Será siempre muy importante. Gracias a José, y su beneficiosa influencia en mi vida, la calidad de la la misma cambió y soy hoy mas feliz. Sin embargo, José no se quedó en mi vida. José salió de mi vida (por sus propios pies) en cuanto su función terminó. No lo saqué yo. Yo en realidad no quería que José saliera de mi vida nunca. Pero José tiene libre albeldrío, y decidió irse el mismo. A pesar de esto, José siempre será parte de mi historia, aunque ya no de mi vida. Me he explicado bien? Espero que si, porque quisiera seguir hablando sobre esto y no quiero malos entendidos.

En 2015 muchas personas entraron en mi vida. José fue uno de ellos. De ellos aprendí muchisimas cosas. (Voy sintiendo que este post se va a convertir en algo así como el “final del día” en ‘The Hunger Games’, donde se hace un disparo para celebrar a los caídos en combate) Las cosas que aprendemos de los demás, son siempre positivas.

“Sarah, cómo así que positivas?! Hay gente que te desbaratan la vida! Cómo tu vas a decir que todo lo que aprendemos de los demás es positivo? Perdiste el juicio!?” Att. El Lector

Por más que nos destruyan la vida, la gente se van dejando a su paso una estela de aprendizaje y experiencias adquiridas que al fin y al cabo, y sobre todo si se saben aprovechar, resultan ser siempre buenas. Es necesario notar que las estelas y los zurcos implican rupturas. Las estelas son fracturas en la superficie del agua asi como los zurcos lo son en la tierra. No obstante, hay una gran diferencia entre ambas.

Las estelas, solo cambian la superficie del agua temporalmete. Hacen su marca, y se convierten en recuerdos. Los zurcos cavan hondo dentro de la tierra; la marcan permanentemente; hasta el punto de que, si se cubrieran, aún la tierra que queda sobre el zurco seria de diferente color por haber sido removida desde sus entrañas. Resumiendo, los zurcos se cubren con el tiempo, pero su marca permanece.

Es lo mismo con las relaciones interpersonales. Generalmente, es inevitable salir heridos. Mayormente porque las relaciones (por lo menos las tradicionales) se componen de dos personas diferentes que se deciden a pasar tiempo juntos. Esto aplica para todos los tipos de relaciones: las amistosas, las laborales, las románticas, las sociales y las familiares. Porque somos diferentes, estamos propensos siempre a hacernos daño unos a otros, aunque, segun la norma, el dolor no es lo que deseamos, o buscamos. En realidad, casi nadie quiere sufrir. Yo tampoco. Pero todos, indiscutiblemente, estamos destinados a experimentar alguna forma de dolor en nuestras vidas. Aún aquellos considerados “más afortunados” sufren.

No sé cómo continuar. Ahora, este escrito se va pareciendo un poco más a una disertación académica que a otras cosas. Creo que sólo quería decir que reconozco eso de que las personas, cuando acaban su función en tu vida, se marchan y que duele cuando lo hacen. Uno se acostumbra a las personas. Algunas personas transitorias estan en tu vida por mucho tiempo antes de marcharse. Muchas de ellas, no queremos que se vayan nunca de nuestro lado. Igual, se van. No podemos obligar a nadie a permanecer junto a nosotros.

Algunos estan dispuestos a hacer muchas cosas para evitar lo inevitable. Otros no estas dispuestos a nada. Otros tantos, buscan resignación, o respuestas en otras cosas, en otras personas que, a su vez estan de tránsito en nuestras vidas, y viceversa.

La “viceversa” es algo que debemos tener muy pendientes. Todos somos la vicevrsa de alguien. Para los que están de tránsito en nuestras vidas también nosotros somos transitorios. Todos somos viajeros. Tratemos de que nuestro viaje sea placentero tanto para nosotros como para los que van a nuestro lado.

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