Estoy cansada de que me pregunten que qué tengo. No tienen ojos? No ven que estoy triste? Hay cargas demasiado pesadas. Si no me van a ayudar a cargarlas, no pregunten que qué tengo. Déjenme tratar de volver a subir mi pared destruída. Déjenme estar sola. Yo nunca necesité de nadie. Cuando necesité, me fue mal. No quiero necesitar de nadie nunca más. Déjenme sin sus chismesitos de pasillo. Sin sus murmullos “de buena fe”. Váyanse todos a hablar de alguien más. A “ayudar” a alguien más. Adiós.
Dame tu opinión